Superación

Dibujo de hombre con discapacidad trabajando en computadora y un cheque

Mi primer sueldo con discapacidad

-¿Y cuánto te pagan? No puedo creer que lo hagas gratis.- Eso me dijeron en una reunión sobre inclusión, y es que hay personas que aún creen que yo vivo de la discapacidad, que a mi alguien me paga por hablar de inclusión laboral, o que soy de una familia con plata para hacer lo que hago. Pos no, podría decirles que esto me ha sacado más plata que otra cosa en ya 10 añosLeer más »Mi primer sueldo con discapacidad

Una persona con discapacidad, en su silla de ruedas en una habitación semi-oscura con ventanas soleadas.

El miedo a estar solo

Despertaba y veía que la ventana aún estaba oscura, el reloj apuntaba casi siempre las cuatro de la mañana, lo primero era leer un texto que me dejaban a lado, luego lo cerraba y me ponía a pensar en la agenda del día, escribir, diseñar, gestionar, Etc. no es algo que se haga a la ligera, incluso planificando siempre habrá un error por el que alguien te critique.Leer más »El miedo a estar solo

El precio de la vida independiente

Conversaba con un amigo sobre el caso de una persona con discapacidad, no diré cual, que no ha logrado superarse y se deprimía mucho, sintiéndose sola. Yo le planteaba que la referida persona no quería trabajar, que se lo había propuesto, pero siempre decía algún pretexto, y pues el no hacer nada, a veces se volvía costumbre y veíamos las consecuencias.Leer más »El precio de la vida independiente

Nada de nosotros sin nosotros

En una reunión sobre inclusión laboral el gerente de una empresa me decía que era difícil la contratación de personas con discapacidad, que “afortunadamente” existía el activismo y las ONG para que las personas con discapacidad tuvieran la oportunidad de tratar de cambiar las cosas. Yo le respondí que a veces así era. Observando mi silla de ruedas , y casi para justificarse, me preguntó cómo había llegado yo a  representar una entidad en dicha reunión.Leer más »Nada de nosotros sin nosotros

La señora de la silla de ruedas

Cada que salía le veía, un día en aquella esquina, otra, en esa parada de bus, a veces la acompañaba un niño. Era ya una señora, quizá unos 45 años, siempre maquillada, en su silla de ruedas extendía la mano a los transeúntes y automovilistas. Los conductores le daban monedas, mientras ella les agradecía por su nombre, era como un personaje popular. ¿Qué sentía? Lo más seguro era humo. ¿Por qué lo hacía? -¡Por haragana lo más probable!- pensé.Leer más »La señora de la silla de ruedas