Labor Social

El sueño de una casa para Juan

Es un lugar de difícil acceso, un camino de terracería se adentra en pronunciadas quebradas, sorteadas solo por vehículos de doble tracción. Se llega a una aldea a orillas del lago de Amatitlán, un puñado de casas de madera, cartón o nylon, se esparcen alrededor de una escuelita; nos cuentan que hace poco un niño de esa escuela falleció por dengue hemorrágico.Leer más »El sueño de una casa para Juan

Si tuvieses solo un disparo

Es aquella colonia que por tener calles de tierra y no tener drenajes, se conoce como “Zona Roja”, o sea, no te llevan pizza a tu casa. El último repartidor que entró, salió sin moto. Es de madrugada, en la oscuridad profunda de ese cuarto, se oye gente pasar por la calle, el murmullo denota personas presurosas al trabajo, el presagio que el amanecer está cerca, por fin terminará esa… Leer más »Si tuvieses solo un disparo

Buena gente

Cruzar la ciudad en auto al medio día, y hacerlo en época de verano, es algo tortuoso, al menos en el insufrible tráfico de mi ciudad. Este sábado acudíamos a una capacitación que daríamos a una PCD, una oportunidad para superarse. En la calle es impresionante ver como muchas personas se chamuscan literalmente al vender cualquier cosa en cada esquina; algunos piden dinero por sus malabares, otros por unas rosas, golosinas, y los hay por la edad o discapacidad.Leer más »Buena gente

La confusión de la causa

Hace unos días recibí una llamada de auxilio, se trataba de una dama que se había hecho cargo de un bebé con discapacidad intelectual, los padres con problemas mentales no podían, los familiares cercanos se hicieron los desentendidos y ahora tras un par de años este no estaba reconocido y su benefactora no podía continuar con su cuidado, pues ya el niño se estaba causando daño así mismo, tenía desnutrición,… Leer más »La confusión de la causa

Ser agradecido

Enfrente de una casa de nylon y lámina, un niño en un calzoncillo amarillento, como de 5 años, camina descalzo, en la mano lleva una botella plástica de lo que alguna vez se vendió como jugo de naranja. El infante mete una pajilla (sorbete, popote, Etc.) en aquel recipiente sucio, succiona como jugando a que había líquido, al parecer si hay, a saber qué. Una persona adulta lo observa, quizá su madre, pero está más interesada amarrando unas bolsas grandes de basura.Leer más »Ser agradecido