De chavo, bueno, de más joven pues jaja, era todo un socialité bananero. Los fines de semana luego de mi trabajo en el negocio de mi padre y de los estudios, mi gran pasión era por salir a bailar, entonces existían la Discotecas Rodantes, que eran unos tipos con un montón de bocinas y luces psicodélicas, equipo con el que hacían “toques” (fiestas de pago) esto en salones de la ciudad y luego, en varios departamentos del país.
En aquellos días conocí a los primeros “seguidores”, yo era uno de ellos. Había tres Discos Rodantes, mis amigos y yo seguíamos a la Music Power, significaba que iríamos allá donde se anunciara su “toque” rivalizando con los que bailaban en las otras “discos”, ello cuando desafortunadamente coincidíamos. Y así los fines de semana con mis amigos viajamos a muchos lugares, cosa que derivó en unas locas aventuras imborrables para mi memoria. El tener la oportunidad de salir era tan rutinario que pocas veces aprecié las bellezas que me regalaba el poder ir de paseo.
Un día todo cambió, inmóvil descubrí el significado de inaccesible. Tras mi accidente, y unos meses de estar en un hospital, mi casa se convirtió en mi sepulcro en vida, más de un año pase entre aquellas paredes, a las cuales les conté las manchas, las rayas y los hoyitos.
Un buen día llegó una mujer y un tipo vestidos de blanco y me sacaron a un “mejor lugar”. Y aunque era mi decisión, sentía un nudo que asfixiaba no solo mi garganta, sino todo mi ser. Pero el salir de casa me distrajo de aquel momento, a diferencia de quienes se distraen en la calle por lo que sufren accidentes, yo olvidé mis penas al ver las calles que me parecían más grandes.
Desde entonces me he dado cuenta que a veces las personas con discapacidad física sin accesibilidad a transporte, son más perceptivos de lo que observan en la calle, pues no es rutinario para ellas.
El Paseo Navideño
La pregunta surge cada año, cada que busco apoyo para una actividad de recreación para personas con discapacidad de bajos recursos. ¿Por qué se llama paseo si están en un lugar fijo? Es el cuestionamiento.
Me toca explicarles que tan solo traspasar la puerta de casa, es toda una aventura para quien muy pocas veces lo logra hacer. Incluso a veces he tenido que explicárselos a otros amigos con discapacidad que si pueden salir de casa. El traslado de estas personas es lo más difícil, irónicamente NO por su condición, sino porque pocos ofrecen sus automóviles, algunas veces nos apoya alguna institución, pero a veces no pueden y hemos recurrido a pagar varios taxis.
Gaby disfruta su salida
Una de las PCD que hoy me inspiran para realizarlo de nuevo es Gaby, esta chica (cuenta su madre) el día del evento se despierta pasada la media noche y cada media hora, más o menos, pregunta qué hora es para que la ayuden a prepararse. Doña Ana, su mamá, dice ya haberse acostumbrado al trajín de ese día.
Quijotesco
Sé que no muchos me han entendido mis locuras. A mis compañeros y amigos con discapacidad que han apoyado, siempre he tratado de hacerles conciencia que es un día que dedicamos a quienes siendo PCD como nosotros, no tuvieron la oportunidad de superarse y por eso, ese día les queremos servir nosotros como agradecimiento de nuestras oportunidades. Yo visualizo esto como la oportunidad de servir.
Q.E.P.D.
Este año ya no compartiremos más con 4 PCD que nos acompañaron en los pasados eventos, dos eran de los invitados que casi nunca salían de casa, los otros dos son personas con discapacidad física que nos acompañaron para apoyar con su presencia a nuestros hermanos.
Todavía hay personas con discapacidad que se han molestado por no haberlos invitado tal o cual vez, sucede que yo trato de llamar a quienes no tienen ninguna oportunidad de salir, a veces la plata no alcanza y entonces son quienes si pueden los que deben ofrecer su apoyo. Otros dicen que no tienen que dar, cuando el tiempo y la sonrisa es de lo más preciado. Quizá aún muchos no me comprendan, pero seguro estoy que cuatro personas ya lo hicieron.
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De Byron Pernilla