Inocencia: érase una vez…
Un capirucho, un yoyo o un trompo (balero) son juguetes prehistóricos para los niños de hoy, la tecnología los invita a la enajenación, hoy la inocencia es casi un mito.Leer más »Inocencia: érase una vez…
Un capirucho, un yoyo o un trompo (balero) son juguetes prehistóricos para los niños de hoy, la tecnología los invita a la enajenación, hoy la inocencia es casi un mito.Leer más »Inocencia: érase una vez…
Despertaba y veía que la ventana aún estaba oscura, el reloj apuntaba casi siempre las cuatro de la mañana, lo primero era leer un texto que me dejaban a lado, luego lo cerraba y me ponía a pensar en la agenda del día, escribir, diseñar, gestionar, Etc. no es algo que se haga a la ligera, incluso planificando siempre habrá un error por el que alguien te critique.Leer más »El miedo a estar solo
Era una tarde del 24 de diciembre, pasados mis veinte en un jardín observaba cómo la tarde menguaba en San Lucas Sacatepéquez, en una casa hogar; en mi silla de ruedas veía cómo la hija de la señora de la limpieza jugaba con los pedazos de papel de regalo que unas personas caritativas habían llevado a esos seres olvidados recluidos ahí, entre ellos yo.Leer más »Ser padre con discapacidad física
Sentir las ganas de ayudar a alguien es una linda sensación que muchos tenemos fugazmente, lejos de ponernos a buscar la raíz de la palabra “ayudar”, que si para unos es solidaridad y para otros lástima, uno lo hace por el siempre hecho de hacer feliz a otra persona. Algunos lo hacen cuando pueden, otros lo agarramos como deporte.Leer más »Discapacidad: cuando me dan dinero en la calle
Cuando yo acepté mi tetraplejia decidí seguir siendo el mismo, lo primero era recuperar mi cabello legado de la mezcla del Glam y Trash Rock de mi época con más libertad, con y sin discapacidad. Siempre ha habido prejuicio con el largo del pelo, es cómo una regla social que ha de cumplirse, a menos que seas artista.Leer más »¿Ser feliz en silla de ruedas?
Conversaba con un amigo sobre el caso de una persona con discapacidad, no diré cual, que no ha logrado superarse y se deprimía mucho, sintiéndose sola. Yo le planteaba que la referida persona no quería trabajar, que se lo había propuesto, pero siempre decía algún pretexto, y pues el no hacer nada, a veces se volvía costumbre y veíamos las consecuencias.Leer más »El precio de la vida independiente
“Yo no sé qué hubiese hecho si me hubiera pasado eso (la tetraplejía), creo que preferiría estar muerta”. Fueron las sinceras palabras de una señora que me abordó luego de una charla que tuve con un grupo de emprendedores.Leer más »La vida no es justa
La paciencia es esa virtud que a veces pasa desapercibida por nosotros los hiperactivos; imagine usted aquella pesadilla en la que no puede moverse, a más desesperación, más sudor… y más fuerte los latidos del corazón.
No sé qué le llamó la atención, esa forma de mirarlo o esa manera suya de atreverse a disfrutar de ese privilegio que muchos ignoran: la vida. ¿Y ella qué le vio? Bueno eso decían todos, pero seguro dinero no era.Leer más »Los atrevidos
De niño fue inquieto, contaba su madre quien sin el apoyo del padre había sacado adelante a Julio y sus hermanos, no me acuerdo cuantos más. Aquel joven había abandonado sus estudios, trabajaba ocasionalmente y era parte de un grupo de aquel lugar, entonces empezaban a llamarse: maras.Leer más »Julio, la muerte del ateo que me hizo creer más