¿Si Jesús tocara ahora la puerta qué le pedirías?

Recibí en casa la visita de unos grandes amigos, ellos son practicantes firmes del cristianismo y me hicieron una pregunta qué  podría calificarse de religiosa, pero que creo es de profunda filosofía y revelaría mucho de una persona si se contestara con sinceridad.

¿Si Jesús tocara ahora  la puerta  qué le pedirías? Fue la pregunta. Impulsivo y sincero como el loco que soy, respondí. Aunque el primer pensamiento fue poder seguir trabajando mejor, el segundo pensamiento lo botó, y es que hay dos personas con discapacidad que ahora sufren mucho, por lo que respondí: -Qué unas personas a las que conozco no sufran.-

La respuesta no era la que esperaban según me dijeron. Resulta que pensaban que pediría caminar. Terminé con el método socrático, o sea justificando el por qué no quería caminar.

El espejismo

Como humano siempre lo intenté en mi soledad, mover algún dedo, alguna de las piernas, nunca funcionó. De la rehabilitación ni hablar, escasamente tuve acceso a ella. Claro que lloré por ello, no es un delito y prácticamente todos los que la adquirimos lo hemos hecho. Pero práctico que soy, rápido pensé en cómo usar lo que me había quedado dejando de lado la fantasía.

He conocido amigos que su ideal es volver a caminar, creo que está bien ese ideal, pero a veces ello nubla un presente que pudiese ser mejor. Hace no mucho un compañero me decía que ya había cura para su tipo de lesión en la columna, que si él lo lograba, ayudaría a muchos cómo él; falleció joven a los 8 años de haber adquirido paraplejía.

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Siempre he albergado la esperanza en la ciencia para encontrar la manera de que las personas con lesión medular vuelvan a caminar; somos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto creadores. Y la solución no está  lejos (por lo menos para  la gente con plata), hay prodigios en los exoesqueletos y los ensayos con células madre.

Pero yo centré mi vida con tetraplejía, gafo que soy (de no muchos recursos), en tratar de vivir como cualquier persona, principalmente trabajando, tratando de subir a este barco a personas que igual lo persiguieran, ayudando a  quien se pudiera y por qué no, dejando un amor en cada puerto…jaja.

Otro mundo

Les confesé a mis amigos que hoy me daría miedo caminar, tras 29 años en mi trono no sabría que hacer parado. Y es que ha de ser una gran aventura salir a la calle y enfrentarse a la delincuencia, el tráfico, las malas personas y las tentaciones a granel. Claro, igual lo haría y me adaptaría, pero eso NO me haría mejor o peor persona, lo que me trae a concluir que Dios me concedió lo que necesitaba.

En cuanto a ayudar a personas con discapacidad que sufren, no se debe a un populista sentido del exhibicionismo, lo que pasa es que en cada persona hay algo que impactó su existencia y quisiera remediarlo, en algunos es la naturaleza al ver la depredación o inconciencia, en otros los derechos al ser testigos de discriminación, Etc. En mí, ver como las PCD sin recursos y lejos de los falsos reflectores de héroes, la pasan mal y a nadie le interesa pues “algo hicieron”.

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 De Byron Pernilla

Por cierto, se acerca el Paseo Navideño para personas con discapacidad de escasos recursos, si quiere ayudarnos contáctenos: [email protected] o (502) 24418267 Más información clic aquí

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