La peor discapacidad para trabajar

En un evento tuve la mala idea de exteriorizar un pensamiento que vino a mí al hablar de inclusión laboral. Dije que quizá la discapacidad física es la más difícil de incluir laboralmente, comentario que no fue del agrado de quienes se ocupan de otras discapacidades; eso de la espontaneidad a veces me juega en contra.

Y es que según mi experiencia, encontrar empleo para personas usuarias de silla de ruedas es de lo más difícil, casi siempre las empresas prefieren no hacer adaptaciones razonables físicas, inclinándose por adaptaciones visuales o tecnológicas.

Y cuando aparece alguna oportunidad, esta es para aquel candidato con posibilidades de transporte propio pues no existe transporte público accesible en los barrios populares. En un país con una incidencia de pobreza del 70.5 % (estadística según CEPAL), sin transporte accesible, con barreras arquitectónicas y sociales, calcular cuánto talento está atrapado y sin esperanza es abrumador.

Pero si estoy equivocado

Si para mí la discapacidad que represento es la más difícil en la inclusión laboral, así lo será para aquel que abogue por la inclusión intelectual y/o sensorial. ¿Quién encuentra hoy empleo fácil? Si cada discapacidad requiere de una metodología diferente, imagine usted lo que serán los requerimientos individuales de cada perfil para su adaptación laboral.

A veces uno se pierde en el mundo de las estadísticas, se nubla la visión humana del empleo. Cada individuo con discapacidad tiene sus luchas particulares, su medio ambiente y situación específica. Yo no imagino siquiera que haría si no pudiera ver, escuchar o si no tuviera el intelecto de crear las cosas que Dios me ha permitido.

Por tanto me retracto de mis palabras, todas las discapacidades son muy difíciles de incluir laboralmente, no tanto por la condición de los candidatos, pero si por la falta de información, los mitos y los prejuicios de la sociedad.

Lo cierto es que mientras Dios me permita seguir visibilizando a la discapacidad física en el ámbito laboral, lo seguiré haciendo, quizá no cambié el mundo, pero les comparto que he sido feliz cambiando algunas vidas con ello.

De Byron Pernilla

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