Esta semana recibí una llamada en la que una empresa pedía apoyo para uno de sus empleados que había sufrido un accidente, estaba deprimido y a sus 20 años debería usar silla de ruedas.
Esta clase de pedidos son un tanto comunes, y es que no importa el género, el estrato social o su grado académico: cada ser humano reacciona en forma diferente ante una nueva condición de vida.
Visitar a personas que recién han adquirido una discapacidad es algo que no he compartido públicamente pues no se trata de algo que uno deba decir, si se trata de ayudar. Lo escribo ahora (solo generalidades) pues precisamente un microempresario al que logramos apoyar, me dijo que si se supiera que una persona con discapacidad puede ayudar en las recuperación de otra, quizá muchas más personas lograrían beneficiarse.
Las letras subrayadas son enlaces
Pero igual no es fácil, lidiar en las primeras de cambio con alguien aun en las primeras etapas de la discapacidad puede ser desgastante, de ahí que muchos no lo hacen y se lo dejan a los psicólogos, algo correcto, pero incluso acudiendo a esos profesionales, es bueno el consejo de una personacon discapacidad empoderada de su vida, y es que ninguna teoría reemplazará vivir la experiencia. Dependiendo del proceso de aceptación, la persona retomará su vida; para algunos toma poco más de 10 meses (según mis experiencia con otras personas), pero otros llevan años, hay quienes se pasan la vida entrando o saliendo de la aceptación, y muchos nunca la llegan a aceptar.
Pero lo escrito aquí no es una norma, el ser humano suele sorprender cuando de extremos se trata, para bien o para mal. En un artículo un joven con paraplejia debido al motocross relata cómo el amor de pareja, y posteriormente el amor a su hijo, le motivó para continuar con su vida. En otro artículo, una chica comparte cómo ayudando a otros logró salir de la depresión postrancazo.
Yo transité por esos dos lados, primero alguien me hizo sacar lo mejor de mí después del descalabro y más tarde, de luto por la partida de mi niño, ayudando a otros logré encontrar sentido a mi vida. Pero igual no fue mágico, es un proceso en el que el medio ambiente juega un papel crucial, aceptar una discapacidad no tiene que ver con la opinión de los demás, es algo que germina en el alma.
Muchos incluso no aceptan la palabra “discapacidad”, y proponen nuevas definiciones, pero fuere cual fuere la definición, siempre habrá alguien que utilice el termino despectivamente, y siempre habrá alguien que no le gusta formar parte de calificativo; aunque la realidad es que una etiqueta no puede superar una la esencia individual de una persona.
Yo tengo una discapacidad llamada «discapacidad física» especificamente Tetraplejía trato de enseñar de que se trata, pero esta condición NO ME DEFINE. Yo creo que soy creativo, amistoso, medio adicto al trabajo, soñador, alegre (aunque alguien lo dude) leal, Etc., pero soy yo el que debe creerlo y demostrármelo, eso no me hace más que nadie, simplemente me da paz.
*Anécdota: estando sin discapacidad amé esta banda británica, supe del accidente del baterista Rick Allen y de cómo su entorno fue fundamental para continuar su carrera sin un brazo y sin renunciar a su esencia. No sabia que años después me inspiraría.
Es lógico que tras el accidente haya un período de luto, lágrimas y coraje, y es que es cierto, algo murió. Cuando se logra una estabilidad emocional, viene el momento de observar lo que tenemos, focalizar los talentos que aun dominamos. Al final, lo anterior es una elección personal.
Tras aceptar la condición, algunos te dirán que eres “héroe”, lo malo es creérselo y sufrir al darte cuenta que no lo eres, somos seres humanos con cualidades y defectos como todos. Somos lo que queramos, ser siempre y cuando trabajemos en nuestro nuevo proyecto de vida, no para recibir admiración, sino para estar felices con nosotros mismos, ninguna admiración reemplaza los que sentimos al hacer lo que nos gusta.
La comunidad de personas con discapacidad
Una de las cosas que muchos no superan es ser parte de las personas con discapacidad, creen que es feo pertenecer a un grupo “minoritario” y “vulnerable”, renegando pues su entorno social no ha sido corriente (naco, cholero, Etc.). Y hay quienes transforman a su silla de ruedas en un enemigo, esto debido a que les han convencido que ese medio de transporte es para “confinados” y por tanto, que feo que te vean en una. Algo que ayuda al estereotipo son las personas en silla de ruedas pidiendo dinero en la calle. Pero si eso cruza en la mente, hay que preguntarse: ¿Nunca han visto a gente sin discapacidad pidiendo dinero?
Aceptar una condición de vida no evitará discriminaciones, prejuicios o malas miradas, simplemente se enfrentaran con una mejor arma: el amor propio.
Convencer a alguien que lo diferente no es un castigo divino, es muy difícil, pero con paciencia y ayuda de Dios (en mi caso) se logra, aunque suene paradójico. Si alguien cree que nuestra discapacidad afecta nuestro intelecto o que una silla de ruedas nos hace seres de menos valor, es su ignorancia o prejuicio, lo triste, es que nosotros lo creamos.
De Byron Pernilla
Gracias por compartir. El trabajo de la aceptackon de una condicion de como la que yo y muchos tienen lleva tiempo, pero en mi caso lo busque hacer mas rapido, por mi edad, no hay tiempo para lamentarse. Asi me llevo mi condicion. Y la comparto con quienes nesecitan un aliento. Yo soy muy afortunado aun en mi condiccion. Sqludos y gracias.
Felicitaciones por apoyare a otros, hay que tener mucha valentía para haceptar rápido, y mucho corazóbn para ayudar. Saludos y gracias por tomarse el tiempo de escribir.
Gracias