Solo escucha una voz: la de tu corazón

¿Estás luchando por tus sueños y tus metas? bien…

Ni has comenzado a tener pérdidas y las voces fantasmales de siempre comienzan a tratar de asustarte y paralizarte desde adentro de tu propia mente:

– Otros más capaces y con más dinero no lo han logrado ¿Por qué lo lograrías tú?

Y cuando no tengas dinero para pagar agua, luz, teléfono ¿Qué harás?
– ¿Y si te surge una emergencia y tú no tienes ni un centavo?
– No terminaste la universidad, no terminaste la maestría, no sacaste un doctorado…
– No eras el chico más brillante e inteligente de tu clase…

Los recuerdos de tus malas experiencias pasadas te vienen a la mente de nuevo:
– ¿Te acuerdas aquel puesto para el que no calificaste y lo ganó otro más pilas?
– ¿Te acuerdas aquellas ventas que quisiste empezar y te quedaste con todo el producto?
– ¿Te acuerdas de las tantas veces que otros negocios no te prosperaron y los cerraste?
– ¿Te acuerdas los años que te costó salir de deudas por negocios que te fracasaron?

Otras voces se suman a tu mente: la de tu difícil situación actual,  la de tus recientes
fracasos, la del acoso de tus obligaciones económicas, académicas o familiares.

Pero tú de todos modos pones los pies en la tierra, te levantas y te preparas para otra
batalla. Posiblemente esta vez sea contra parte de tu propia familia, algunos de tus amigos,
algunos de tus conocidos, algunos de tus vecinos…
– ¿Cuando vas a entender que ese negocio no sirve? ¡Qué terco eres!
– ¿Cuándo dejarás de vivir en «Disneylandia» y pondrás los pies sobre la tierra?
– ¿Por qué no mejor te buscas un empleo y dejas de hacer castillos en el aire?

Eriko Paz 1 Finges no escuchar esa legión de voces… pero las oíste.
Finges que no te hieren todas esas descalificaciones… pero te hirieron.
Finges que ya quedaron atrás tus fracasos del pasado… pero la verdad, aún te duelen.

Pero tú solo escuchas una voz:  la de tu corazón.
La voz de tu corazón es la voz «ilógica», que no escucha «argumentos razonables».
Es la voz que te impulsa a tener fe, sin tener aún alguna base para sustentar  tal fe…
Es la voz de tu luchador interior.  Es la voz de la fiera que llevas dentro y que lucha por alimentarse dándole caza al éxito.

Así que, termina de levantarte y sal a luchar por tus sueños. Prepárate porque tienes trabajo que hacer…  Bienvenido a la rutina… porque hoy, al igual que ayer, y al igual que mañana tendrás que batallar entre permanecer en tu zona cómoda o entrar a tu zona de aprendizaje.

Los voces te hablarán más fuerte, los obstáculos tratarán de debilitarte, los problemas tratarán de intimidarte, los envidiosos tratarán de destruirte, tus rivales tratarán de comerte vivo.
Pero tú ya te decidiste a darle la espalda a la zona cómoda, darle la espalda a lo seguro, darle la espalda a lo que la gran mayoría llama «sentido común»…

Eriko Paz 2

¡Te has decidido a emprender! Y de hoy en adelante te has decidido a tomar el camino del esfuerzo.  Asegúrate de que ésta es la decisión que has tomado ya que la salida fácil siempre estará frente a ti dispuesta a desviarte de tu objetivo, a hacerte desistir y regresar a tu zona cómoda.

Solo tendrás que detener el paso y listo: se acabará el cansancio, el miedo, el desafío. Regresarás a tu zona cómoda, a tu zona de ensueño y todo habrá parecido solo una pesadilla.

Pero tú no te detendràs: caminarás de ser necesario pero no daràs un paso atras, (ni para agarrar aviada).

Lucharás una pelea injusta: entre varios oponentes : … el miedo, la duda, tu inseguridad, el acoso, el desánimo, el agotamiento y la impaciencia.

Pero no te desanimes, no son invencibles.  Son fuertes solo porque te atacan juntos,  porque te atacan entre todos, pero uno a uno los irás venciendo en el camino.

No te desanimes: esto es solo «la rutina» del luchador, «la rutina» del emprendedor.

Recuerda por lo que estas luchando.  Antes de aprender a vencer, aprende a asimilar el fracaso.  Aprende a resistir los golpes, las decepciones, las pérdidas, los acosos, las descalificaciones… Prepara mejor tu resistencia que tu potencia, porque al fin, tu resistencia al miedo, al desánimo y al infortunio será la clave de tu éxito.

No escuches esas mil voces que te gritan y profetizan tu fracaso.  Escucha a esa única voz que te dice que puedes aguantar un poco más, que puedes resistir un round más, que puedes aferrarte un poco más, que puedes caminar una milla más, que tú te puedes convertir en un milagro contra todo pronóstico, porque esa mi amigo, esa es la única y verdadera voz de Dios que hablando desde tu corazón te recuerda que por tus venas corre sangre de campeón.

Un artículo escrito para Asodispro  por Edgar Acevedo, motivador.

 

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