La victoria de Trump echó por tierra por primera vez mi pronóstico en unas elecciones, quizá sobrevaloré lo sucio de una persona, sin tomar en cuenta que muchos obvian lo mezquino siempre y cuando esa mezquindad favorezca un fascismo enmascarado de “nacionalismo” o en otros casos ayude a mantener pensamientos retrógrados que solo convenga a un grupo “conservador”. Hillary perdió Florida por la indiferencia de Obama con la disidencia castrista, pero el resto de los votos perdidos, se deben a focalizarse en el populismo socialista, olvidándose de la clase media, que al final es la que casi siempre otorga la banda del mandamás.
Que lejos quedaron aquellos debates de Ronald Reagan y Jimmy Carter, cuanto cambió la sociedad norteamericana para hoy observar un Talk Show como debate en el que sale victorioso quien menos infiel sea, pero eso gusta, eso vende y lo más triste, se compra. Antes los gringos acusaban de ignorantes a los latinoamericanos al darle el poder a tiranos mesiánicos, como si no hubiesen más candidatos, pero hoy ellos saben cómo empezaron a creer quienes siguieron al Führer, al Chavismo, Castrismo, Etc.
Hillary no era por mucho la solución, los demócratas se embelesaron pensando que si ellos parieron al primer presidente descendiente afroamericano, igual serían los padres de la primera dama de hierro de Gringolandia, pero Hillary no solo encarnaba la política sucia, olía a socialismo, sino, siquiera su sombra era muy distante a una Margaret Thatcher. Los estrategas apostaron por la torpeza de Trump y la inteligencia de Hillary, pero muchos votantes desvalorizaron las tonteras de un misógino racista y condenaron la estupidez de no cuidar una dirección de correo electrónico, gracias a las buenas personas del Kremlin. Lo primero solo fregaba a los vulnerables y eso no importa; fuera de sarcasmos, lo segundo si pudo afectar al Tio Sam.
Muchos dicen que Trump no es tan extremista de derecha pues simpatiza con Putin, pero ni él sabe el concepto de derecha (tan amplio de tendencias como por ejemplo la Liberal, que a su vez contiene otras ideologías derivadas como Libertario), ni Rusia es ya socialista, puesto que en Moscú se gobierna a un país de mafias, muy lejos de los conceptos comunistas que hoy, quizá solo en Corea del Norte pudiesen encontrarse. Y dime con quién andas…
Mientras los gobiernos cercanos geográficamente a EE. UU. Continúen en poder de mentirosos, corruptos e ineptos, la migración continuará, y aunque pusiesen un campo minado, siempre hallarán el camino, y es que el hambre te hace hacer cosas impensables. Lo único que se logrará es acrecentar el sentimiento anti-norteamericano promovido por los empedernidos izquierdistas mutados al populismo latino. Se pueden crear normas o barreras para hacer más difícil el ingreso de ilegales, pero con un lenguaje amistoso, buscando la ofensa, solo odio se puede cosechar, a favor y en contra.
Las primeras luces de su gobierno este año no vislumbran un futuro esperanzador, la era Trump se afianza en el radicalismo, esa acción, seguro tendrá reacción, y la bola de nieve puede crecer y nadie sabe si la avalancha será grande.
Uno esperaría que, sinceramente, Trump no sea lo que proyecta como ser humano, que quienes vemos la decadencia gringa en su máxima expresión y su acercamiento al fascismo, nos equivoquemos, que nos avergüence ser tan mal pensados, pues si así es, mucha gente no sufrirá.
Un artículo de Byron Pernilla