Se preveía, no se trataba de si se salvaría, muchos incluso pedimos que se fuera, no por que no hiciera falta un hombre ejemplar como él, sino porque sufría y su misión ya la había cumplido con creces. Era una tarde soleada, estacionado (por que voy a decir sentado) frente al televisor observaba CNN, el corresponsal en el Vaticano dijo entrecortadamente “Ha muerto”. No lo pude evitar, igual rodaron algunas lágrimas en mí; había partido un gran hombre, no era solo otro Papa.
No era católico, pero mi afinidad venía del interés que desde niño siempre tuve por la lectura de periódicos; ajeno a dogmas religiosos, gracias a la libertad de pensamiento que me dio mi padre, pocas veces de joven cuestioné la fe de otro, sin tanta alharaca mi papá me enseñó a respetar. Quizá no presumo de muchos libros leídos, pero de que he leído diarios, si que los he leído.
Recuerdo como Karol Józef Wojtyła, Juan Pablo II, gritó en la Polonia anegada por el socialismo: ¡No tengan miedo! Este fue uno de los momentos históricos del inicio de la caída del nefasto totalitarismo, una de las primeras máximas del socialismo era el ateísmo del estado y la prohibición de expresiones de fe, cualesquiera que fueren. Karol era un conciliador, pero cuando un gobierno la estaba regando, no aludía como lo estilaban (o hacen), era directo, y nunca volví a escuchar a un líder religioso decir verdades sin caer en el fanatismo.
Hay tantas anécdotas informativas de él, como cuando regaño públicamente a un funcionario nicaragüense por usar la sotana en su visita al país centroamericano, cosa que otros hubieran reservado para lo privado; años después este ex sacerdote si volvió contra Ortega Saavedra (presidente en aquel entonces y ahora) reconociendo que es un dictador.
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Buscó siempre la fraternidad con Iglesias disidentes y con Iglesias de otras creencias. Uno de sus últimos viajes hizo que los cubanos tuvieran por primera vez en años de dictadura “permiso” de celebrar la navidad.
Una de las cosas de las que sus detractores sin conocimiento esgrimen es el uso e invención del Papa-móvil, pero esto se debió a la coyuntura ideológica internacional que derivó el atentado del 13 de mayo de 1981, cuando Mehmaet Ali Agca le disparó en la Plaza San Pedro. Pero también porque posterior a esto, visitaría Irlanda un país envuelto en una guerra independendentista azuzada por el radicalismo religioso entre protestantes y católicos. Hoy esto es historia que muy pocos se interesan por saber y por ello el argumento es utilizado por la ignorancia.
Referir desaciertos de Karol se puede, pidió perdón por la pedofilia, pero no tomó actos de justicia y persecución en contra de los criminales, criticó el odió contra el homosexualismo pero no tomó acción en su iglesia; y hay muchas cosas, pero y: ¿No era un ser humano? ¿Soy yo perfecto? Bueno solo uno: lo dijo el Maestro Jesús.
Parte de la Historia
El presidente soviético de aquella época histórica, Mijaíl Gorbachov, lo calificó de humanista; mientras tanto el entonces presidente norteamericano “Ronald Reagan consideraba que si presidentes como Kennedy no habían avanzado en la colaboración entre las iglesias y el estado, se debía a que en su época no se habían cuestionado asuntos como la prohibición del aborto y la oración en las instituciones; pero los nuevos desafíos laicistas requerían una nueva política de colaboración: «Necesitamos a la religión como guía. La necesitamos porque somos imperfectos, y nuestro gobierno necesita a la iglesia, porque sólo los que son suficientemente humildes para admitir que son pecadores pueden aportar a la democracia la tolerancia que necesita para sobrevivir» (Ronald Reagan. Views on Religion & Politics). Hay mucha historia entre Reagan y Juan Pablo II, pero vale recordar que el entonces presidente gringo calificó la colaboración como “Santa Alianza”. La visión que del catolicismo romano tenía y Ronald Reagan difería significativamente de la mantenida por los gobernantes del país hasta entonces. Muy pocos católicos habían llegado a ocupar cargos de importancia en la administración, incluso bajo el mandato del único presidente católico de su historia, John F. Kennedy. Esta tradición comenzó a quebrarse con Reagan, quien, habiendo conseguido la mayor parte del voto católico, nombró a miembros de esta confesión para los puestos más importantes de la política exterior: William Casey (director de la CIA), Vernon Walters (embajador extraordinario del presidente), Alexander Haig (secretario de estado), Richard Allen y William Clark (asesores de seguridad). «Reagan buscó, de manera abierta y encubierta a la vez, forjar unos vínculos estrechos con el papa y el Vaticano. “Quería que fuesen nuestros aliados”, explicaría años más tarde”» (Su Santidad, p. 275). De manera que, rompiendo con la tradición política de doscientos años, estableció relaciones diplomáticas con el Vaticano.” (http://www.laexcepcion.com/asuntos/reagan.htm)
Cuando se intenta describir la obra de un ser HUMANO excepcional hacen falta líneas, su legado es indescriptible en poco espacio; muchas sociedades le deben su libertad de culto, independientemente de sus dogmas.
Mi recuerdo
Yo aun tengo fresco mi encuentro con él en su primera visita a este país, iba a hacer un mandado de mi trabajo de entonces y se me cruzó en el camino, fue en la 7ª avenida ruta 4 de la zona 4, por algún motivo se detuvo el Papa-móvil, y él como casi siempre sonrió. Una cosa si sentí: era diferente y transmitía paz. Mi padre (súper católico) puso una manta frente a nuestro local en la zona 4 en donde se leía “TOTUS TUSS” frase mariana que significa en castellano “Todo Tuyo”; nunca fui Mariano pero comprendí la entrega al amor que ellos tenían. Mi papá nunca me obligo a nada en su fe, siempre me preguntó: ¿Me acompañas o te quedas? Creo que para él bastaba con el ejemplo, y me bastó. A él debo el haber aprendido a opinar con conocimiento.
Tristemente he leído en redes comentarios ofensivos contra Karol, señalamientos infundados de fanatismo e ignorancia. Bien cabría acá la enseñanza: “De la boca sale lo que abunda en el corazón”. Casi seguro estoy que Juan Pablo II no hubiese querido su santificación, quienes trabajan por el prójimo difícilmente quieren reconocimiento. No comparto los rituales católicos, pero respeto sus creencias, al final Dios es amor y en cada rincón del mundo, donde haya amor ahí está.
Cuantos líderes religiosos dejarían sus suntuosas posiciones o sus esposas para entregarse a la oración? Cuantos siervos o ateos lucharían por un mundo de libertad en el que el libre albedrio fuera respetado? Karol Józef Wojtyła, Juan Pablo II fue todo un hombre, capaz de pedir su salida del hospital para morir en su misión, carácter que seguro le faltaría a esos ignorantes quienes solo saben de odio, fanatismo y rencor.
Yo me siento privilegiado de haber presenciado esta historia.
Salud católicos por un hombre excepcional, irrepetible.
Un artículo a titulo personal de Byron Pernilla