Creo que el propósito es un rompecabezas cuyas piezas vas encontrando a cada momento de la vida, es un llamado que has de distinguir en medio de tus propias necesidades, es algo que lucha con tu egoísmo e instinto de conservación.
En una entrevista reciente me preguntaron: ¿Cómo encontraste tu propósito? Más o menos ya lo he escrito, pero ante muchos amables lectores nuevos, se los compartiré, como siempre, con la idea de que a alguien le sirva algo.
Soy consecuencia de muchas tragedias, pero prueba de que de cada derrota en esta vida, no solo puedes aprender, sino, siempre se podrá sacar algo bueno. En el momento de la desgracia es un chiste de mal gusto decirle a alguien que todo tiene un propósito, solo el tiempo o la fe puede ayudar.
Cuando adquirí mi tetraplejia a mi padre le consolaron diciendo: “Por algo será, quizá hubiera sido drogadicto o gay.” Y es que hay gente que hasta un buen propósito lo pervierte con sus fobias. Mi discapacidad fue la primera pieza de una nueva vida, todo lo que me había enseñado mi padre debía aplicarlo a un mundo totalmente diferente.
Apliqué la paciencia y la observación para irme independizando, así como la cortesía con quienes en su momento me han cuidado, esto para asegurarme tranquilidad. El primer paso para lograr mi objetivo más caro fue focalizar cual era el único movimiento independiente que me quedaba, y cómo este podría producir algo. Pero tampoco es solo eso como erróneamente se cree, muchos creen que solo de actitud se trata, claro que es fundamental, pero lamentablemente no es lo único que se necesita.
El medio es pieza fundamental. La computación es una bendición en mi vida, pero para llegar a ella debía tener el aparato, para muchos eso no es problema, mi dificultad entonces era que no tenía un quinto en el bolsillo. Mi primer ensayo para escribir fue en una máquina de escribir antigua, pasé rato observando su funcionamiento y razonando estilo MacGyver. Al ver que mi locura funcionaba, me regalaron una Macintosh en blanco y negro, ya no les servía en el hospicio y me dijeron que era para que me entretuviera. A esa vieja máquina le debo la mitad de lo que costó mi casa.
El propósito para mi estaba cumplido, tenía esposa, un hijo y trabajo. Yo no necesitaba plata de la discapacidad, pero antes de conseguir mis metas me habían cerrado las puertas en las organizaciones de PCD de aquel entonces, y hasta para rehabilitarme en Teletón me dijeron que ya no me podían ayudar pues ya tenía 18 años acabados de cumplir. Era un bicho raro que no quería lástima. Y pensé: ¿Pero cuantas personas con discapacidad física están atrapadas en sus casas? Sin estudios, sin medios: sin esperanza. Entonces encontré otra pieza de mi rompecabezas, la esperanza era el trabajo y nació ASODISPRO.
Otra pieza fue la partida de mi bebé. Debía intentar llenar un poco ese enorme vacío que dejó en mi corazón. Me hizo voltear a ver a los más afectados por la discapacidad, a los que no pueden siquiera trabajar. Y en medio de la reconstrucción de mi corazón, llegó Julio Cesar, mi amigo totalmente tetrapléjico, en un total abandono ante la muerte de su madre. Ninguna institución quiso ayudar, me lo llevé a mi casa, explotando a mi linda asistente y a mis mejores amigos que se comprometieron a ayudar. Después de muchos meses de lucha logramos que él viviera sus últimos años en una casa de una especie de monasterio, siempre le visitamos hasta que partió. Ahí nació la organización sin fines de lucro. El rompecabezas se completó. Y aún hay personas que me acusan de no hablar de otras discapacidades, si a duras penas he hecho lo que he podido.
Una vez sabido el propósito, había que invertir para llegar a él. Escribirlo y gestionarlo me costó, intelectualmente no fue problema, financieramente casi ha acabado conmigo. Cómo mi marketing no son ni niños ni derechos o religiosos, es más difícil. Pero soy testarudo, no busco que me llamen bueno pues no lo soy, busco apoya a quienes sufren lo que yo sentí, a los que no tienen lo que yo no tuve, a esos que escondidos del mundo, mueren lentamente en la soledad.
Finalmente yo no lo he hecho solo, yo soy fruto de un montón de buenas personas, de esas que han cubierto mis necesidades cuando no puedo estirar más mi sueldo a veces por gastos del proyecto, de quienes me cambian y bañan, de quienes me cargan entre sus brazos cada que salgo, de quienes empujan mi silla de ruedas, de quienes oran por mí, de mis amigos con discapacidad que en su momento me han brindado su trabajo y fe, y de toda esa gente que Dios puso en mi camino.
De Byron Pernilla
PDT:
Agradezco la nominación a Guatemaltecos Ilustres, a quien o quienes la hicieron. Toda mi gente es la nominada. Agradezco igual a quienes bondadosamente se han tomado la molestía de votar.