A raíz de una publicación sobre sexualidad, sostuve una conversación con una chica argentina, quien me decía que resaltar la belleza de las PCD era quizá profundizar las desviaciones de los “devotee”. Ya había escrito sobre esto, pero a raíz de mi involucramiento con unos proyectos que impulsan a las mujeres con discapacidad física, el tema saltó de nuevo.
Para información general, siempre habrá alguien que no sepa del tema, los Devotee (Devotos), son personas que gustan sexualmente de personas con discapacidad, generalmente física, o sea es una parafilia. En redes sociales de búsqueda de parejas hay perfiles, en su mayoría hombres, que buscan una relación con una mujer con una discapacidad específica.
Este mundo está loco, bueno siempre lo ha estado. Yo, un tipo actualizado casi siempre en internet, siempre he sido chapado a la antigua en lo que a sexualidad se refiere. Alguna vez sostuve conversaciones telefónicas con alguien que me invitaba, con su conversación, al sexo más seguro. Pero simplemente no me salió, bueno, no era lo mío. Tan difícil me resultaba, que busqué ayuda con otra amiga, quién me terminó de abrir los ojos y oídos, yo todo inocente…
Ella me dijo que era “normal” (seguramente pensando en la película “American Pie”) y me dio tips de lo que debía decir para “hacerlo bien”. A mi cuestionamiento de que eso era extraño, mi cuata me dijo, palabras más palabras menos: -“Lo que a ti te excita, excita a otros que se parecen a ti, al igual que todos, debemos buscar a quienes les gusta lo mismo. Como la comida, yo no como chile, tu sí, pero eso no te hace raro, pues hay muchos iguales, y si te das cuenta, podemos comer juntos.”-
Después de esa analogía quedé traumatizado con el chile, jaja. La verdad es que nunca haré lo que me hace sentir incómodo. Las parafilias que se endilgan a la discapacidad están un tanto más allá de aquella explicación gastronómica, puesto que no es solo el antojo de un plato, es la fijación en solo un sabor y no en la necesidad fisiológica o el amor natural.
¿Qué es un devotee?
Carolina Mora una psicóloga venezolana que cree que los devotee no deben ser considerados “enfermos”, y que se necesitan de más estudios. La investigadora se dio cuenta de que había algo raro en un hombre sin discapacidad que la contactó en una red social, el tipo tenía muchas amigas con discapacidad, encontró su primer devoto. Ahí una de las claves para saber si conoces un devoto. La etiqueta está servida, estarán los que para justificar dicen “hay quienes no saben que son devotos”, y no faltará aquel que con esto acuse entre líneas a quienes aman a una PCD.
Del inglés: Devotee / español: Devoto
Parafilia:
De para- y -filia.
- Psicol. Desviación sexual.
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Sobre advertencia no hay engaño
Aunque con mis colegas más cercanas ya conversamos al respecto, es sano que acá lo deje sentado. Las mujeres con discapacidad física son vulnerables en las circunstancias físicas en que se desenvuelven, en su mayoría me superan intelectualmente y no dudo que a muchos más, la discapacidad física no implica discapacidad intelectual. El que una mujer en silla de ruedas guste lucir su sensualidad no implica que necesite “algo” o que acepte a cualquiera.
Las chicas en silla de ruedas que se muestran bonitas en redes sociales están comenzando a cambiar estereotipos discriminatorios, son seres que empieza a tomar el lugar que les corresponde, no ese de caridad o de ángeles terrenales. Por ello, quienes tienen intenciones diferentes a la amistad, deben saber que ellas lo saben, están preparadas, saben si le buscan casualmente, por trabajo, por alguna fijación, Etc. y responderán a su manera.
Lo que sucede se parece a quienes alguna chica les da “me gusta” a alguna publicación y el sujeto cree que algo busca por tan intrascendente acción. También espero que en el proceso muchas mujeres con discapacidad comprendan que pedirles una cita no implica pedirles algo más, en el mundo convencional así funciona, y de igual manera, uno sale con sus amistades y no necesariamente significa otra cosa. Lo importante, es saber muy bien con quien se sale.
Otra experiencia
Cierta vez, una chica me citó, dijo que era para un posible apoyo en la organización. Al llegar me dijo: “Tengo una hija, me ha ido mal, se lo que haces y creo que juntos podríamos salir adelante.” Imagínese usted la cara que hay que poner para verse natural en medio de aquella sincera pero extraña propuesta. Claramente ella no era devotee, pero me vio cómo una tabla de salvación. Terminamos de cuates, pero así hay muchos, piensan que por tener una discapacidad uno nunca ha tenido pareja y que es cómo ser un sinónimo de perdedor. Y si a mí que soy hombre me han sucedido estas cosas…
Alguna vez me enamoré de una chica con discapacidad física, era de su forma loca de ver la vida, su proyecto de vida, en fin. Lo cierto es que ella fue la que me mandó a volar, cosas de novios, recuerdo que nuestra relación nació casual, con el correr del tiempo vi algo en ella distinto a otras con o sin discapacidad. El amor no necesita de implementos, basta con sentir que eres al amo del mundo con un simple beso.
Quizá para quienes tienen vedada una oportunidad los devotos sean el salvavidas, por lo menos para sentir. Pero me perturba saber que hay gente sin necesidad, metida en ese universo paralelo. No soy nadie para condenar o no el tema, pero si debe ser comentado abiertamente a las insipientes juventudes con alguna discapacidad física, en especial a las mujeres, que en su intelecto definan lo correcto e incorrecto de acuerdo con sus principios.
Sobre los devotee es mejor que en familia se informe al respecto, a que algún desconocido enseñe ese camino, mucha gente en la oscuridad tiene más de una desviación, el peligro es real.
Más allá de todo ese mundo de parafilias, terminologías, investigaciones y expertos en traves, yo prefiero, como en todo, gustar a alguien por mi forma de ser y pensar, puesto que ya acepté que soy feo jaja. El sexo solo es parte de, no lo es todo.