“Yo no sé qué hubiese hecho si me hubiera pasado eso (la tetraplejía), creo que preferiría estar muerta”. Fueron las sinceras palabras de una señora que me abordó luego de una charla que tuve con un grupo de emprendedores.
Creo que muchas personas sin discapacidad ven a la discapacidad física cómo algo muy malo, lo peor que a alguien le pueda suceder. Tampoco nos hagamos, quienes la adquirimos en una edad de plena conciencia en determinado momento lo pensamos: ¡Esto no es justo! (la discapacidad).
El mundo en general maneja el ideal de lo perfecto, como los anuncios de condominios, gente sin problemas y todos sonriendo en la sala o en el jardín, al mejor estilo de un candidato presidencial en campaña. Y la vida es cómo este último, gana por menos de la mitad de todos los ciudadanos y todos deben adaptarse al tirano, digo, al señor presidente.
Así como muchas personas sin discapacidad mueren sin lograr el estándar de “triunfador”, alguna vez escribí que conozco a muchas personas con discapacidad física que murieron idealizando volver a caminar. Tener ese ideal, entre otros, no está mal, la cosa es pensar que solo al conseguirlo seremos felices.
La autoestima es algo muy valioso, para mí no es eso que requiera demostrárselo a otra persona, esto es exclusivo entre yo y mi mismo…jaja. Es cómo ese amor que tanto quise, y que aunque pude llegarlo a presumir, no lo hice puesto que nunca me importó la opinión de otro, pues es conmigo con quien despertaba.
Comparar nuestra vida con las selfies de gente con «vidas perfectas» nunca será un buen parámetro de autoestima, y aunque no es lo mismo fotografiar un desayuno premium de un restaurante de etiqueta, que tomarle la foto a un plato de cereal del más barato, el secreto es con que ganas te lo comes y lo importante que sea en comparación a todas la metas de ese día.
Quién sabe qué hacer
Pero tampoco el amor de pareja es un parámetro para la autoestima. En 2017 Jessica Arevalo y Garrett Greer vivieron un amor “no normal” (¿habrá algo normal en el amor?), ella una modelo estrella de los ejercicios y la poca ropa, mientras él una persona tetrapléjica y jugador profesional del póker. Para muchos un ejemplo de los que alcanzan lo que quieren, un ideal. A comienzos del año pasado el idilio terminó y calabaza, calabaza, cada quien para su casa. Ahora ellos ya se muestran con otras parejas.
Algunos chicos con discapacidad dicen que no hubieran sabido que hacer al terminar con semejante chica, lo cierto es que aunque fuera una chica pasadita de peso, maniática al pedir la comida en un restaurante, sin perfil de Instagram, Etc. se siente fatal terminar con un gran amor. Y ninguno sabemos que hacer, a parte del ridículo con los cuates.
El amor de pareja no es ese perfecto que muchos idealizan al ver una fotografía. Hay muchos altibajos para llegar a una estabilidad entre ambos; y en ese trayecto muchas parejas no superan los embates de la vida. El proceso que sigue al cortar una relación de pareja es muy difícil y depende de muchas variables como el tiempo o la capacidad de asimilar los sentimientos. Lo cierto es que al iniciar una relación debiésemos estar conscientes que nadie es propiedad de nadie, que con nuestros defectos y diferencias, valemos lo mismo que otra persona. ¿Duele? ¡Por supuesto! Yo en la peor de mis rupturas tardé como 3 meses en apagar el sentimiento, por cierto, nunca borren fotografías estando heridos del corazón, años después lo lamentas…jaja. Y es que, al fin y al cabo, las relaciones sentimentales son páginas de nuestras vidas, que después de un tiempo ya no duelen al verlas, y que por ningún motivo debieran de matar a nadie. Esas páginas nos deben enseñar a ser mejores personas, aprendiendo de nuestros errores.
Los trofeos o logros no significan que más de alguna vez no se haya perdido, es más, es señas de que por fin se consiguió. Qué bueno fuese ganar a la primera, eso solo le pasa a bendecidos como Yalitza Aparicio, y no vivimos en la colonia Roma. Tampoco se trata de ganar siempre, pregúntenle al fraude de Donald Trump.
Hoy día los suicidas se están dando muy seguidos, la plata o el amor son las justificaciones más comunes. No soy quien para juzgar, pero por eso es bueno pensar más en lo que podemos hacer por los demás, no tanto en el egoísmo de lo que solo a mí me beneficia, esa autoestima lástima a otros, mientras que idealizar el estándar de felicidad o belleza de otros nos hace daño. Pensar que algo o alguien es nuestra única felicidad no es algo bueno, todo ideal perdido duele, la vida no es perfecta mucho menos justa.
Por ruda que sean las derrotas, te levantas, tu respiración es importante para el equilibrio de las cosas, hay que recoger los cristales rotos del alma, por un amor, por un empleo, por un negocio, por todo aquello que no sea tu muerte.
De Byron Pernilla