Buscar fuera de nuestro ser eso que nos haga feliz no estás del todo mal, somos seres sociales y de costumbres, y a diferencia de otros seres, tenemos la capacidad de tener sentimientos. El clavo es convertir esas cosas externas en obsesiones, en idealizar eso que anhelamos como algo imprescindible para nuestra felicidad.
La navidad suele afectar pues es el fin de una etapa, ciclo de 365 días que debe reiniciarse, y eso de superar etapas pues cómo que no es para todos. Quizá no se realizó lo pretendido, quizá ahí quedaron sueños rotos, gente que partió o un amor que nos fregó –en verso y sin esfuerzo-.
Una navidad tenía 3 novias –chicos no lo hagan, coman frutas y verduras- mi regalo fueron unos tenis Converse súper caros para la época, después de la cena navideña con mi padre me fui a una fiesta y amanecí en la alfombra de la casa de un mi amigo, solo cubierto por los brazos de una de mis chicas. A la siguiente navidad me habían operado el 23 de diciembre para que pudiera sentarme, me habían rapado y enyesado de la cabeza hasta la cintura; el 24 la pasé a oscuras y en una profunda soledad en un cuarto de hospital. Después vinieron más navidades lindas y la peor de todas, cuando partió mi bebé.
Creo que si alguien es feliz en estas fechas hay que desearle lo mejor, que disfrute si Dios le permite hacerlo, solo que no dañe a otros. Si los que odian las fechas son felices con ello, pues que sean felices y a tratar de no molestarlos. Yo con los años les puedo decir que no hay mayor satisfacción que hacer lo que nos trae paz, que nada compraría la compañía de mis amigos, que ninguna cuenta bancaria podría financiar el sentimiento de dar a quien verdaderamente lo necesita.
Tratar de hacer algo
Me escriben mucho refiriéndome mucha soledad en PCD, que estas fechas la pasan muy mal y me preguntan que cómo le hago yo con mi tetraplejía.
A quienes tengan una discapacidad y puedan, les digo que hay que estar en acción, ni un título ni una tarjeta bancaria te dará dignidad. ¡Y es que no hay trabajo! Cuando haces algo productivo estas trabajando, muchos creen que trabajar es sinónimo de dinero, no dinero, no trabajo: por eso están como están.
El 80% de lo que hago no me lo paga nadie, pero no es excusa para andar alegando y esgrimiendo mi discapacidad como instrumento de beneficio, o quizá para estar perdiendo el tiempo en juegos virtuales, escribiendo improperios en las redes sociales o tratando de dar lástima. Luego de mi trabajo están los que necesitan apoyo, pues para eso hay que invertir, pero es algo que no me quita, me alimenta el alma. Luego desarrollo varios proyectos fuera de la discapacidad, así cómo apoyo proyectos de amigos. El tiempo es clave y el 100% de lo que hago trata de creatividad.
La navidad es una época mágica, no porque haya milagros materiales, sino porque es una oportunidad de dar, y ser una buena compañía es un regalo sin precio. ¿Sabes? Si tratas de ser luz, por profunda que sea la oscuridad que te rodea, siempre atraerás a muchos que necesitan luz y tu ni cuenta te darás de la oscuridad que te rodea. Y si tu mente está ocupada, la tristeza te encontrará ocupado. Ten presente que lo que sale de la boca dice mucho de lo que hay en el corazón. Cada quien busca su felicidad, yo comparto la mía, quizá a alguien le sirva.
Que Dios bendiga su hogar en esta navidad.
De Byron Pernilla
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Nota luctuosa
Esta entrada ya estaba escrita. Hoy lamento la partida de Carlos Fernando Paiz Lucero, un increíble joven que nos acompañó desde los primeros paseos navideños. Recuerdo que le gustaba hablarnos con el micrófono, decir que le gustaba compartir con nosotros y siempre resaltó la palabra: “mis amigos”. Que Dios esté con él y paz en el corazón para su admirable madre, así como a su padre.