Vivimos en un mundo machista, que aunque muchos luchamos por desterrar, en él siempre existen estereotipos fetichistas, despectivos, ofensivos, Etc. Todo ello en contra de la imagen de una mujer, a la cual muchos hombres solo ven como un objeto, para algunos de placer, para otros de servidumbre y para algunas culturas de esclavitud.
Una mujer muy cercana a mi vida me comentó algo común para muchos. Trabajando en un supermercado, el gerente le dijo que ella podría ascender si se “portaba bien” con él. Ella me explicó que lo anterior significaba acostarse con el gerente mínimo una vez por semana. Lo primero que pregunté fue si lo había denunciado, me dijo que no, que necesitaba el trabajo, era nueva empleada y su economía pasaba muy serios problemas; no aceptó, y siguió trabajando hasta que se hastío de lo mal del trabajo y renunció meses después. Uno se sorprende al saber en que empresas sucede esto, pero no debiera, es común, muchas veces no podemos sentenciar a quienes no actúan como lo hubiésemos hecho nosotros; hay circunstancias, una de ellas, la más determinante: necesidad.
Recuerdo claramente como cuando era niño, en una casa presencié como la madre de un amigo reprendía a las hermanas menores de este por no lavarle su ropa o cocinarle, él me presumía su reinado. Y así crecemos, hasta escuchando dichos subliminales: que el sexo débil es la mujer. Pero gracias a quienes nacieron con espíritu inquebrantable, la mujer hoy día escribe un mejor guion para la humanidad.
Mujer y discapacidad
Si una mujer convencional enfrenta desafíos inmensos para hacer valer sus derechos, solo intentemos suponer lo que una mujer con discapacidad enfrenta.
Un hombre con discapacidad puede ser asistido por casi cualquier persona a la hora de tener alguna emergencia fisiológica, una mujer no puede. El tan solo abordar un auto es una odisea, no digamos estudiar, buscar empleo, destacar profesionalmente, formar un hogar, concebir, Etc.
Una gran amiga mía con discapacidad me relató que en un banco del sistema no la querían dejar entrar, que al parecer el guardia de seguridad pensó que iba a hacer cualquier cosa, menos cobrar su cheque por trabajar de secretaria. Esa misma chica fue hace poco atropellada por un automóvil cuyo conductor se dio a la fuga, todo por la falta de accesibilidad para sillas de ruedas en las banquetas de este bendito país, y porque algunos en su estúpida cabeza se creen superiores tan solo por tener la suerte de no haber enfrentado una discapacidad. Ella, mi querida amiga, es deportista, ejecutiva y una artista exquisita, una heroína de la vida.
Fríos números
Comentaré algo que he conversado muchas veces con amigos. Es lo sentimental, y es que los hombres somos visuales por naturaleza, quien lo niegue miente. Las mujeres son de sentimientos, al menos la mayoría…jaja. Ya en serio, lo son, por ello los hombres con discapacidad tendrán un cacho de más suerte , puesto que ellas enfrentan más crudamente los cánones superficiales de belleza que tiranizan esta sociedad hipnotizada por los medios. Las estadísticas son contundentes.
Con datos evidentemente obsoletos, podemos darnos una idea. Los hombres casados son casi el doble que las mujeres; la cosa se pone dramática en las separaciones, casi un 76% del grueso de féminas contra un 24% de ellos. La soltería no tiene gran diferencia, pero los anteriores datos serian el futuro de esto último.
Siguiendo con estadísticas, un reporte reciente en España informa que un 30% de mujeres con discapacidad ha han sufrido abusos en el colegio.
A pesar de todo
Tratar de hacer un mejor mundo no se trata de ser el mejor activista indígena, inclusivo, feminista o gay. Se trata de ser un ser humano despojado de prejuicios, dogmas y maldad. Como seres humanos fallaremos, pero debe ser “Sin querer queriendo”. A las mujeres con discapacidad no podemos darle su ligar porque “somos buenos” o “por que merecen admiración”, se les debe dar porque es de ellas y con sobradas evidencias de propiedad.
A pesar de desprecios, estadísticas, ignorancias, estupideces, machismo, racismo, y un largo Etc., aquí y allá habrá mujeres excepcionales, capaces enseñarnos a ser fuertes. Ángeles Perillán dijo: “Ser mujer en el primer mundo es difícil pero serlo en el resto del mundo es heroico”. Si agregáramos discapacidad no habría palabra que lo describiera.
No se cuantas veces los hombres con discapacidad hemos llorado nuestra condición, pero sé que no se ha de comparar con el sufrimiento de nuestras colegas. Más allá de retoricas, yo creo que la igualdad subyace en nuestro interior, por ello antes de cambiar al mundo cambie mi entorno, todos mis proyectos dentro y fuera de la discapacidad los desarrollo con los mejores profesionales en su especialidad, no me importa su género…y un buen día me desperté: hemos sido 4 hombres y 17 mujeres.
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Súper Mujer
(Extracto)
Que haces que no puedes
Que haces que no debes
Sí, haces más de lo que debes
Porque amas más de lo que puedes
–
No lloras
No corres
Es que no puedes
No debes
–
De exquisita delicadeza
De increíble fortaleza
No hay en la tierra
Quien ose compararse con tu belleza
Del libro aun no publicado Fuegos Mentales de B.L.P.R.
Un artículo escrito por Byron Pernilla para Asodispro