Mi primer sueldo con discapacidad

Fotografía de Byron Pernilla sentado en silla de ruedas vestido con chaqueta negra, se observa en una plaza comercial, al fondo se ven edificios.

-¿Y cuánto te pagan? No puedo creer que lo hagas gratis.- Eso me dijeron en una reunión sobre inclusión, y es que hay personas que aún creen que yo vivo de la discapacidad, que a mi alguien me paga por hablar de inclusión laboral, o que soy de una familia con plata para hacer lo que hago. Pos no, podría decirles que esto me ha sacado más plata que otra cosa en ya 10 años

Aunque ya lo he escrito, les contaré que cuando me inventé la manera de teclear en una máquina de escribir con un desarmador, al poco tiempo en el hospicio me regalaron una computadora Macintosh en blanco y negro, me dijeron que era para que me entretuviera. Apachar una letra en una tecla dura sin sentir y tener el cálculo de darle a la letra había sido  difícil en una máquina de escribir, pero era algo que me hacía independiente, por lo menos al escribir. Y cuando me presentaron la computadora, me pareció maravilloso, ya no debía usar corrector y las teclas eran suaves.

Byron Pernilla escribe en una computadora usando un guante de motociclista y un desarmador.

Forma en que aprendí a escribir.

No tenía plata para seguir estudiando y los centros públicos eran inaccesibles debido a la falta de transporte. Pero yo sabía que ese aparato me permitiría hacer algo, aun no sabía qué, pero lo intuía. Coleccioné artículos de prensa sobre computación y me endeudé al comprar una enciclopedia de computación. Cuando creí que ya me sabía lo suficiente, empecé a llamar a las radios con programas de compra ventas, cómo uno de Nelson Leal que aún existe en Emisoras Unidas, ahí me anunciaba ofreciendo mis trabajos cómo redactor; creo que los radioescuchas me odiaban por insistente, pero ese presentador y Byron Baldizon de Radio Estrella, siempre tuvieron bonitas palabras para mí y me animaban.

Hice de todo, por una paga que rayaba en lo gratuito, pero lo hacía, yo sabía que estaba aprendiendo, no sé cuántas tesis universitarias llevan mis letras, mis ideas. Para entonces ya vivía con mi pareja, ella salía a trabajar y yo me ganaba uno que otro centavo, pero también estudiaba todo lo que podía de programación de webs. El susto fue cuando me dijo que sería padre, fui feliz pero encendió la luz roja, ahora debía encontrar un verdadero trabajo. Entonces escribí a diarios, una columnista me ayudó mucho: Rina Montalvo.

Un buen día me llamó la ingeniero Sherry Ordoñes, me dijo que si sabía algo de contabilidad, le dije que no, pero que me diera una semana y le juraba que aprendería. Lo primero que hice fue pagar Internet residencial las 24 horas, no lo vi cómo un gasto, lo veía como una inversión, ahí me informé sobre lo que hacían los contadores. Surgieron dificultades, cómo el traslado de documentos, firmas, y más, pero le fui encontrando soluciones.

Aquel primer cheque le tomé una foto, casi me sacó las de cocodrilo, muchos me habían dicho que con mi discapacidad y estudios nunca me darían trabajo. Había creado mi Home Office, y me contrataron como asistente de contabilidad, ahí inició mi primer trabajo formal, uno que duró como 7 años y ayudó a que comprara mi casa.

Sitios gratuitos en donde ser autodidacta

Después trabajé de redactor para un medio de comunicación, escribía noticias. Y presenté el proyecto ASODISPRO en un concurso de Internet a nivel latinoamericano auspiciado por Prensa Libre, siendo seleccionado dentro de los finalistas. Fue un gran momento en mi vida, competí con los mejores ingenieros virtuales. Hoy día trabajo de Webmaster y Community Manager de una fabulosa empresa de tecnología, y aunque a veces hago agua para tapar los gastos que genera el proyecto, con esfuerzo y el irrestricto apoyo y lealtad de mis fabulosos colaboradores y colegas, se ha logrado mantener independiente. Sé que de haber dado una imagen lastimera ya tendríamos plata, pero nos rehusamos a negociar la dignidad.

A través de los años igual me empapé de las metodologías de inclusión laboral en otros países y las he aplicado con éxito cuando he tenido la oportunidad (creo que con mi increíble equipo nos acercamos a la veintena de inclusiones laborales, sé que es miserable en 10 años, pero son vidas cambiadas), hoy ya comienzan a hablar del tema, y creo que si lo lograran pues son entidades con plata, cosa que lamentablemente yo no tuve para implementar los programas a gran escala. Por ello aclaro que no vivo de la discapacidad, pero que si viviera de ella, lo haría con la misma pasión, yo no veo que regale mi trabajo, yo veo que preparo el campo, que ha sido difícil tirar las semillas, pero sé que otros cosecharan; es uno de los propósitos de mí vida. En nuestra organización hablamos de inclusión laboral desde la perspectiva de la practica y el ejemplo.

Byron Pernilla en conferencias de colegios e universidades

Toda esta aventura me llevó a lugares que no imaginé.

Pero una cosa no puede comprar la plata, ni podrá hacer la teoría: tener un espíritu productivo. Quienes tienen estudios superiores tienen ganado un buen trecho, pero las personas con discapacidad que no pudieron, deben capacitarse por los medios que puedan, deben enfocar sus talentos, saber cuál de ellos le serviría a otra persona, a una empresa. Visualizar una vida basada en el trabajo es algo que te lleva a descubrir muchas cosas lindas de la vida, que hay dificultades ¡Claro! Quien dijo que la vida es fácil, más aun con una discapacidad.

Aunque sé que se deben exigir los derechos, hay muchos que se quedan atrapados hablando solo de eso; yo opté por usar los talentos que Dios me dio y buscar la manera de producir, pues espero que cuando me llame, entregarle más de algún fruto. Ser autodidacta requiere disciplina, y todos los día hay que actualizarse, siempre habrá algo nuevo que aprender. Ha sido tanta mi inmersión en el autoestudio que fui experto para el Proyecto Europeo ES-VIAL, sobre accesibilidad virtual en universidades.

Imagen de mi primer cheque.

Debemos luchar por que se respeten nuestros derechos, pero no nos debemos quedar allí; empecemos acostumbrarnos a conversar de productividad, de eficiencia, de liderazgo, lealtad y compromiso. Debe haber pasión en lo que hacemos, amor propio en nuestro proyecto de vida. No te canses de buscar, no claudique en la búsqueda de tu felicidad. Yo un tetrapléjico don nadie llegué acá por la gracia de Dios: ¿A dónde más llegaras tú?

De Byron Pernilla

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