¿Acaso esta injusticia nació del concepto del niño símbolo y su deber de causar lástima para recaudar dinero?
-Danielle Sheypuk Psicóloga clínica-
Una persona sin confianza en sí misma no puede o no querrá defender su esencia, su criterio, su felicidad y quizá su amor. Lo anterior tenga o no discapacidad, pero si tuviese discapacidad entonces necesitará de algo más, de un entorno accesible arquitectónico y principalmente afectivo. Pero si ese entorno es hostil, que se puede hacer solo con fe en sí ¿Luchar hasta rendirse o morir en el intento?
Aceptarse a uno mismo es difícil, aceptar a otros son diez centavos más. Durante los primeros 15 años de mi tetraplejia no tuve amigos con discapacidad, no porque me diera pena el que me vieran con ellos, como he visto suele suceder a otros, sino era por la suerte de tener buenos amigos y posteriormente formar una linda familia. Convivía en un mundo alejado de la palabra “discapacidad”, casi ignoré a mis colegas. El fin de mi vida conyugal y la partida de mi bebé replantearon mi vida.
De golpe retorné a la sociedad, sin conocer a nadie reconstruí mi entorno social, y sin saberlo empecé a buscar un propósito. Comencé por conocer personas en condiciones similares a las mías y a descubrir un mundo de miedos, de inseguridades producto muchas veces de la sobreprotección o la falta de ejemplos. Otro factor era y es la ignorancia de gran parte de la sociedad, para quienes una PCD es un “ángel”, una persona “especial” o un “símbolo de lástima”. Mi primera intención fue empujar a varias PCD a vivir la vida, algunas lo aceptaron, en otras era ya muy tarde.
Las cosas son muy diferentes cuando te quieren proteger, el daño no es algo premeditado, es una buena intención con final trágico. Al principio yo tuve, no sé si suerte o infortunio, de no tener a nadie, de arreglármelas como pudiese y fue lo que hice; muy pocas veces he dejado de hacer lo que me gusta o decir lo que siento. Muchas de las PCD tienen tan pocas oportunidades de divertirse que no es justo que las desperdicien porque alguien les dijo que no son iguales o por los dogmas religiosos, claro, quien así es feliz, súper.
Hasta hace poco yo trataba igual a mis amigas con o sin discapacidad, pero he debido cambiar. Una broma sobre parejas que hacía descubrí que era tomada como proposición, además un apoyo puede ser mal entendido, y si pides una cita de trabajo, suele pensarse que andas de caza; creo que igual pudiese suceder en el mundo convencional, pero evidentemente en mucha menor magnitud. Esta es una auto-discriminación, producto de poca sociabilidad. Abrir la mente es como un delito social, atreverse es sufrir y disfrutar es malo. Afortunadamente encontré amigas y amigos sin traumas por su condición, pero debe comprenderse a quienes no logran superar tantas barreras sociales y psicológicas.
Un fracaso en el trabajo, un mal tino amoroso o una mala decisión económica cualquiera la tiene, discapacidad o no. El asunto es saber que este mundo es muy grande, tan grande que por mucho que sufras siempre habrá un lugar en donde encontraras refugio, para ello se debe “hacer algo”, todos tenemos un talento.
La pareja
Buscar pareja es algo innato en todos los seres humanos, hay excepciones. Para las personas sin discapacidad y prejuiciosas las parejas con discapacidad (uno de los dos) están por lástima o cualquier otra cosa que no es atracción; para las PCD con miedos será simplemente un imposible. Existe la creencia que solo una PCD puede entender a otra en sus mismas condiciones, solo así podría encontrar el amor.
A continuación la opinión femenina, aunque en un contexto social distinto:
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Citas y relaciones de personas con discapacidad.
Existen miles de casos en los que las PCD poco nos importa si creen o no que es amor, la pareja es para uno, disfrutamos 2 y el mundo, pos que le vaya bonito. Uno se enamora del proyecto de vida de su pareja, lo físico influye al principio, pero luego se desvanece en las llamas de un sentimiento. El amor de pareja no es estándar, igual te atrae alguien con o sin discapacidad. Yo con toda una vida de parejas sin discapacidad creí que nunca podría estar con una chica con discapacidad, por las dificultades, pero me enamoré de alguien con discapacidad, era leve, la mía grave. Fue grata la experiencia, no preguntamos cómo le íbamos a hacer, nos atrevimos, lanzamos y aunque tras 2 años no funcionó, hoy somos buenos amigos. La idea de un noviazgo es conocer a la otra persona, no suponer que equivale a matrimonio. Como ella dijo, lo mejor es darse la oportunidad y descubrir lo que solo tú puedes sentir.
La cosa más cursi y loca que he hecho, fue declarármele a alguien en un semáforo cuando esperábamos para cruzar la avenida entre la Escuela Politécnica y el Campo de Marte. Llevaba las de perder, pero confié en el factor sorpresa….jeje. No se trata de andar desesperado por alguien, es algo que la mayoría anhela, tomar de la mano a ese ser querido o abrazarle y que el mundo se esfume por arte de magia. Esto le puede pasar a cualquiera, en ello no pesa un lunar, la forma del pelo o una tonta silla de ruedas.
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y hasta celebramos el día internacional del beso.
¿Por qué escribo esto? Veamos. Yo tengo un lunar en el ombligo, no busco un grupo de personas que tengan uno igual al mío, no me la paso hablando de ombligos y no pretendo guiar a la salvación a todos los que tengan esa particularidad. La discapacidad es solo otra de mis particularidades, puesto que prevalece mi esencia, mis ganas de vivir y mis metas; no tengo porque hablar siempre de desventuras, soy una persona bendecida pues no me siento menos que nadie y lo reflejo. Como cualquiera sé que parte de la vida es darse la oportunidad de descubrir el amor, de buscarle. Esto no debe obsesionar a nadie, una pareja es el complemento, no la felicidad. Pero para llegar a ese ideal, hay que ocupar la mente y producir, por bonitos no nos han de querer.
Hay que hablar de esto, hay que hacer saber a quienes no lo saben que no solo vivimos hablando de discapacidad. Esa victimización, esa lección bien aprendida de que no se es “normal” y el hacerlo un estilo de vida han creado ese estereotipo de sin sentimientos o asexual de las personas con discapacidad. Uno debe acostumbrarse a no avergonzarse por buscar el amor de pareja (si es el caso), a enunciar su verdad, no buscando lástima sino reflejando la igualdad, tan claramente que la ignorancia se avergonzará y las nuevas generaciones lo comprenderán.
Ser libre no es meramente deshacerse de las cadenas de uno, sino vivir de una forma que respete y mejore la libertad de los demás.-Nelson Mandela.
Un artículo de Byron Pernilla