El prejuicio es algo que internamente muchos llevan, y creo que aunque resulta difícil ignorarlo, uno debe sobreponerse y evitar emitir juicios a la ligera de algo que nos parezca diferente a lo convencional, recordando que lo “normal” es subjetivo.
Hay una chica que por su condición de vida se ve cómo una niña de 10 años, pero tiene 29. Para las navidades yo le conseguía una muñeca o un oso de peluche, Etc. y un buen día me dijo con mucha pena que todo era muy bonito, pero que ella era ya una mujer. La imagen generalizada de un estereotipo lo hace a uno equivocarse. Desde entonces cambiaron los regalos, lo lamentable fue que ella me dijo, yo debí preguntar. Claro, no fue la única vez que tuve prejuicio, con esto aclaro que todos podemos equivocarnos, pero igual aprender y rectificar.
Un prejuicio como el anterior lastima, pero hay heridas más profundas cuando se da en forma hiriente con desprecio o con burla, pues acá se mezcla la ignorancia, el dolo y la estupidez.
Los Memes
Cómo es bien sabido con lo ocurrido con el hijo de Alfonso Cuarón, los memes ofendieron a una audiencia de por sí predispuesta a indignarse. Yo, cómo tuitero desde hace mucho, creo que no hubo dolo en muchos casos, era la intención de reírse de algo que ocurría. Claro, en algunos memes si había intención de ofender, los troles y haters se daban gusto.
En este, no había dolo del community de la empresa de cine, era ignorancia.
En el caso de Olmo Cuarón y Yalitza Aparicio, los que a mansalva y estupidez, escudados en el anonimato compartían imágenes, no ilustraban al protagonista de la imagen, sino ilustraban su alma, que tan poca cosa se puede sentir cualquiera al compararse con alguien que se atreve a triunfar a pesar del prejuicio. Sé que muchos se retractaron, eso es bueno, en ellos no había dolo, pero otros aun presumen su maldad.
Yo creo que la burla por prejuicio a lo diferente es el profundo miedo a verse en el espejo e imaginarse que hay otra persona mejor que nosotros, algo así como la madrastra de Blanca Nieves: inseguridad.
Por qué hace tanto daño
La madre de la muchacha de la que escribí arriba la anécdota de los regalos, me dijo que ella no sacaba a su hija a la calle, que si lo hizo fue porque yo la había invitado al Paseo Navideño, que antes trataba de nunca sacarla pues las personas se le quedaban viendo, la señalaban y algunos reían; y que eso hacía llorar a la chica.
En muchos hogares se oculta a las PCD, si bien es cierto a veces se debe a la vergüenza que algunos familiares sienten, en muchísimos casos se debe a la sobreprotección, a esa idea sin maldad que se tiene de evitarle el sufrimiento a la PCD. Nunca sabrán cuantas personas me han dicho que les hubiese gustado salir más seguido de casa, pero que su universo ha sido la televisión, en muchos casos por más de 40 años.
No me imagino cuantas veces esas personas atrapadas han llorado ante el sentimiento de inferioridad y encierro, por estar condenados tan solo por haber nacido o haber adquirido una condición diferente. Si yo lo hice alguna vez, yo a quien Dios permitió ser independiente, ¿qué sufrimiento experimentarán ellos?
Lo hecho por Alfonso Cuarón es ejemplar, creo que sabía lo que podría pasar, de ahí la actitud de su hija al apoyar a su hermano con la misma dinámica; pero al igual que lo hecho con Aparicio, su objetivo tenía algo muy bueno para dos sectores marginados, visibilizar las buenas trabajadoras domésticas y las PCD. Las personas deben acostumbrarse a lo diferente, tienen que aceptar la diversidad, comprender que verse, actuar u opinar diferente no es un delito para ser condenados a la exclusión, que TODOS de alguna forma somos diferentes y merecemos respeto.
Siempre hay que opinar con los pelos de la burra en las manos, no dejarse llevar por una imagen o un titular, dejarnos de creer que somos dueños de la verdad porque somos perfectos. Ante una duda, preguntar directamente a la persona o revisar la trayectoria, eso nos gustaría que hicieran con todos nosotros.
De Byron Pernilla