La discapacidad y la victimización

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Ser victima es diferente a sentirse victima. Poseer una discapacidad tiene, según pienso, tres probabilidades que influyen en el desarrollo de una PCD.

VICTIMA

La primera es sentirse victima, que le lleva a actuar como tal. En este rubro colabora la sobreprotección que algunos reciben, así como los mensajes de líderes que aparecen en los medios “exigiendo derechos” utilizando retóricas que victimizan a las PCD. He de señalar que lo anterior no quiere decir que en este país no se violen los derechos de las personas con discapacidad, desde luego que si se vulneran, pero así como un líder debe exigir derechos, de igual manera debe demostrar que cumple sus obligaciones, en este caso, siendo ejemplo de productividad fuera de vivir de la discapacidad.

Incluso las personas con discapacidad que logran tener estudios superiores o empleos de alto nivel pueden llegar a actuar como victimas, esto menospreciado a quienes, supuestamente, son de menor intelectualidad que ellos. Insultar a cualquiera por no saber dirigirse a PCD es una manera de ser victima, al actuar siempre a la defensiva. Ni un titulo, ni un honor, ningún cargo, ningún traje de etiqueta hace a una buena persona; las cárceles están llenas de personas con esos calificativos

Se registran incidentes con personas no videntes, que reaccionan violentamente ante algún error de quienes desean ayudarlos. Este y otros casos pueden paliarse con educación, pero habrá también que informarse que los miembros de una sociedad NO TIENEN LA CULPA DE LA DISCAPACIDAD. Basta tener una breve conversación con alguien para saber que se siente victima, sus ojos, sus gestos, todo lo delata, de ahí que muchos viven aislados pues a nadie le gusta la amistad de alguien resentido. Esto les encanta a los políticos, tener seguidores que exijan pescado gratis, por babosos les darían la caña de pescar. Durante 26 años que llevo en silla de ruedas he observado a tanta gente seguir haciendo lo mismo. Debo subrayar que esto no quiere decir que no se peleen los derechos o que no se denuncien las discriminaciones o que mucho menos nos riamos de las injusticias que se cometen en nuestra contra, pero quiero dar pie a un cambio en la actitud con lo que se hace.

MEDIOCRIDAD

La segunda es acomodarse, seguir un línea intrascendente, ya sea por miedo, acomodamiento en la zona de confort, porque simplemente esa forma es con la que se percibe la vida o porque así lo enseñó la sobreprotección.

EVOLUCIÓN POSITIVA

La tercera es la que debemos empezar a difundir, aquella en el que el individuo acepta la discapacidad y busca su felicidad a pesar de las circunstancias. El aceptar que se es diferente a la mayoría quizá sea el pequeño gran secreto para empezar a vivir una vida digna en paz.

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Willson Mazariegos y Byron Pernilla

Ojo, el aceptarse como uno es y ser digno, no tiene nada que ver con ser orgulloso. Es vital un principio de sencillez, no somos mejores personas porque hemos hecho algo que muchas personas sin discapacidad no logran hacer, ni mucho menos somos superiores a otras personas con discapacidad que desafortunadamente por circunstancia no llegaron hasta donde nosotros hemos llegado.

Debemos sacar lo mejor que nos permita la discapacidad, colocarnos un espejo y gustarnos, tratar siempre de vernos presentables, que sea por costumbre y no eventualmente. No debe importarnos mucho lo que las personas sin discapacidad y que no son nuestros amigos opinen de nuestro actuar, lo peor es estar pendientes de quien nos mira en la calle o avergonzarnos de cómo comemos en lugares públicos, junto a las opiniones de amigos y familiares debemos actuar con nuestro propio juicio y ser seguros de nosotros mismos. No, jamás nos neguemos a sentir las buenas y correctas sensaciones que nuestra vida nos permite.

Ser trascendente NO significa hacerte famoso por la discapacidad, buscar figuración política por ello, aunque hay quienes lo logran por el simple hecho de estar vivos, agarrar un micrófono o escribir libros sin sentido. Se debe ser trascendente para uno mismo, ser lo más independiente posible, enfocar bien el talento para ser reconocido por ello y no por la discapacidad. Hay muchísimo más valor en quienes logran una vida convencional (familia, trabajo o independencia) que en los charlatanes que viven de la discapacidad. Por ello cada mañana hay que despertar para producir, buscar la manera de trascender y cada fin de semana hay que buscar como divertirnos, porqué no.

Al final, todos deben ser felices como quieren. Si ser victima o intrascendente hace feliz a la persona, muy bien.

En tus manos está el epitafio de tu vida, puesto que todos tenemos talentos, tú ves si los entierras, no entregando nada, o si por el contrario, los utilizas y los entregas con intereses.

Un articulo escrito a titulo personal por Byron Pernilla

2 comentarios en «La discapacidad y la victimización»

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