Sexualidad ¿Y cómo lo hacen en silla de ruedas?

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Una persona me dijo recientemente en una actividad: -Qué bueno que lograste tener un hijo antes del accidente.- Cuando le aclaré que fue 5 años después, se sorprendió, y claro, seguidamente vino la pregunta incomoda de costumbre: -¿Y cómo le hiciste?- Solo respondí con una sonrisa.

No pasó mucho tiempo, en esa misma actividad, y una chica que escuchó la charla me dijo que se quedó intrigada pues yo no aclaré la última pregunta que me hizo la persona. Recordé como incluso, cuando nació mi primogénito, en la propia familia dudaban de que fuese mi hijo.

Hay mitos muy incrustados en la sociedad, muchos de ellos se arraigan, primero por ignorancia y luego por esa cosquilla discriminativa, esa que le dice al ego de las personas que todo lo que no sea igual es de menor valor, y parte de esta premisa: -Si yo no podría hacerlo, entonces nadie puede.-

Alguna vez lo escribí como información, los ciclistas profesionales deben guardar su esperma pues la fricción y lo caliente del asiento de la bicicleta tienen efectos negativos en la fertilidad, por consiguiente un hombre con discapacidad, según cálculos propios, deja de ser fértil entre 10 a 15 años de utilizar silla de ruedas, pero si pueden continuar con su vida sexual activa.

Yo escribiré sobre mi experiencia, pero debe aclararse que TODOS podemos reaccionar distinto ante un mismo trauma o enfermedad.

Cómo descubrí mi sexualidad

Fui un chico precoz, omitiendo detalles diré que al accidentarme a los 18 años era sexualmente activo, no una cosa que se dijera que bruto que activo es, pero tenía ya alguna contabilidad. Nunca fui de los que buscan sexo aunque fuese con la escoba, soy relativamente tímido, y lo que sucedía era que tenía un buen entorno de amistades y era sociable, éramos 3 chicos que comandaban un grupo cómo de 15, la mayoría mujeres; era el guapo, el payaso y yo, el conciliador, yo calmaba las broncas. Y repito, yo he sido muy atrevido casi en todo, solo con las chicas pos como que me cuesta decir lo que siento.

Escribí lo anterior para poner en contexto la historia, no mencionaré nombres, recordando que sucedió hace más de 20 años, y aun nos escribimos con mis cuates y cuatas; quizá la época también me ayudó, pues era yo solo con mi vida, mientras ahora hay una ansiedad por hacer lo que ven en una pantalla y tratar de parecerse a quienes viven de frivolidades.

Al quedarme tetrapléjico mi vida dio un giro desastroso, pero mi ingreso a un hospicio me ayudó mucho, lo que al comienzo me dio mucho miedo, terminó enseñándome muchas cosas buenas, que hay cosas y personas por las que vale continuar en este mudo cruel.

Al comenzar a adaptarme y al encontrar mi primer noviazgo, empezó un gran dilema, como persona tímida que soy: ¿Qué sucedería si llegábamos a la cama? Eran pensamientos fugaces, de hecho yo sabía que eso era lo último que una chica buscaría en las condiciones en las que estaba, quizá me equivocaba.

Cuando algunas estudiantes de enfermería supieron que tenía novia, comenzaron un juego cruel para mí, claro, ellas no lo sabían. Me hacían bromas en doble sentido, a veces me enseñaban más de lo debido, y eso les hacía gracia, pero yo por dentro tenía una lucha con mi ego, llegué a pensar que lo hacían pues yo no representaba a un hombre como tal.

Yo evadía quedarme una noche con mi pareja, ella me lo insinuaba y las otras chicas me preguntaban si “ya”. No entraré en detalles de aquel acoso brutal que sufrí (jaja) pero todo ello me llevo a la decisión de enfrentar el momento, tenía pánico de no funcionar y decepcionar a la susodicha, o que talvez me comparase con otro que podría hacer cosas que yo no podía; sería mí primera vez por segunda vez.

Fue en un sofá de una sala, ahí me dejaron 2 compinches de mi chica. De las cosas que más me han dolido, no solo aquella vez, es yo no poder desvestir a mi pareja, es algo que la vida me negó desde aquel infausto salto. Pero conocer personas decididas es el regalo que la vida me dio. Ahí estaban 2 jóvenes amándose sin reglas o prejuicios. No fue la gran experiencia sexual, de hecho hubieron varios problemas, pero como experiencia de vida, me la llevo para siempre, y no por lo sexual, sino por la hermosa persona que me dio algo más: un cariño inolvidable. Con el tiempo se fue perfeccionando la técnica, jaja, y me preparo para mi nueva vida.

Creo que no es necesario entrar en detalles, este no es un blog erótico, pero las personas debiesen saber que para tener intimidad no se necesita de preparación o de un curso –aunque quizá alguien lo necesite-, que basta con querer estar con una persona, y que la otra lo quiera, para descubrir las muchas formas de amarse.

Todos tenemos una historia, y sobre la sexualidad todos tenemos una forma, lo realmente extraño sería pensar que solo una forma de sexualidad existiera. Las personas con discapacidad física somos personas que podemos tener sexo, y dependiendo de la condición de vida, así será la forma de su sexualidad.

Creo que en la pregunta de ¿Cómo lo hacemos? hay más carga de morbo que de ignorancia.

Si alguien quiere tener intimidad con el objeto de su cariño ¿qué lo puede impedir? Quizá aquellos que no se atreverían, son aquellos que necesitan una explicación con manzanas.

Byron Pernilla

Todo un recurdo de entonces:

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