¿Fantasía trabajar con discapacidad física?

Dibujo hombre en silla de ruedas con su secretaaria en la oficina

Encontrar trabajo es una tarea muy difícil para cualquiera, un mercado saturado por la oferta de candidatos hace que una oportunidad sea muy difícil de encontrar, habiendo quienes pasan años buscando un trabajo, aunque este no sea lo que saben hacer. Si a lo anterior le agrega una discapacidad, falta de estudios, falta de accesibilidad y prejuicios, la cosa se pone verdaderamente trompuda.

En mi tarea de intermediación en inclusión laboral de personas con discapacidad, suelo presenciar desilusión ante los fracasos al buscar emplearse, incluso muchos que luego de un tiempo, desisten de la lucha.

En cuanto a la discapacidad física hay 2 aspectos que afectan grandemente la búsqueda de empleo, primero la gran falta de estudios (pocos profesionales calificados) y segundo, la falta de accesibilidad al transporte público, pues y aunque sea un profesional, sin automóvil, la cosa será más difícil.

La solución de la ecuación no está en manos de la persona con discapacidad, está en manos de los gobernantes, si, de esos que hablan de discapacidad durante las campañas políticas, pero que ya en el poder, su interés solo versa en 2 direcciones, ver cuánto logran llevarse y cómo hacer para permanecer con poder, mientras la discapacidad solo la conocen desde un paupérrimo enfoque asistencialista. Esto no quiere decir que no haya esperanza, incidiendo correctamente el cambio a una cultura de inclusión laboral se puede lograr, como empieza a verse en varios países. Lo anterior lo refiero, para descartar esta solución como inmediata.

Si la persona con discapacidad decide luchar por un trabajo, a pesar de saber que no existen las condiciones sociales, entonces choca de frente con la postura de los encargados de los recursos humanos de las empresas, la mayoría sin conocimiento, no digamos de inclusión laboral, sino de discapacidad en general, lo cual les lleva a dar por hecho los mitos sobre la discapacidad.

Luego de lo anterior, el margen de empleabilidad baja grandemente para la persona con discapacidad. Algunas personas con discapacidad que logran tener estudios superiores y tienen un círculo social más prominente logran sortear muchas dificultades, y aunque con más dificultades que una persona sin discapacidad, logran hacer suya alguna oportunidad de empleo, pero esto lamentablemente, no es una regla.

Para la persona sin estudios superiores y con discapacidad, encontrar trabajo resulta en una tarea poco menos que imposible, y queda relegado al emprendimiento, si en dado caso, tienes algún capital. Y se sabe que para un negocio no solo se requiere de capital y una idea, también de administración.

¿Es caso perdido buscar trabajo para una

persona con discapacidad y sin estudios?

¿Te imaginas cómo era hace 25 años la inclusión laboral? Era un mundo muy diferente, la internet era algo de ciencia ficción, y la discriminación hacia las personas con discapacidad era algo, quizá de tradición y cultura. Yo era un carpintero que había quedado petrificado en una silla de ruedas…jaja…me imaginé a mí mismo. Sin grandes estudios, sin plata y sin ningún transporte que pudiese trasladarme. Como alguien que nació y creció en un mercado, lo único que tenía eran mis condenadas ganas de trabajar.

Al no poder ni mover mi silla de ruedas, leía todo lo que pudiera, el periódico entonces se volvió fuente importante de información, lo hurgaba casi hasta la última letra. Al comienzo fue frustrante ver tanto anuncio clasificado que me decía que jamás sería candidato para algún trabajo. Pero seguía leyendo, creo que muy dentro de mí no buscaba empleo, sabía que era muy difícil, era como una búsqueda desesperada de una idea, algo que me dijera que hacer, en qué dirección ir.

Y llegó el día. Una revista dominical de un diario traía algo que cambió mi historia. Decía que escribiera 5 cosas que me gustaran, que me enfocara en ellas, que me especializara autodidactamente, que esas cosas que me gustaban y podía hacer, a alguien le servirían. Lo hice con todo mi corazón. Fueron años de instruirme, aunque un papel no me lo reconozca, de soñar despierto que yo podría ganarme la vida dignamente, no concebía que mis ganas de producir y creatividad se desperdiciaran.

En medio de ese aprendizaje emprendí pequeños negocios, una tienda, pintar al óleo, venta de garrafones de agua pura, investigaciones para estudiantes, digitación de datos, y algunas más que se me olvidan. No fueron un fracaso, cada una de esas aventuras me proveyeron para mi sobrevivencia, mi ilusión era un empleo. En otra entrada relaté cómo logré mi primer sueldo formal.

No hace mucho, escuché en una conferencia que en Japón hay un dicho sobre que la disciplina no supera a la inteligencia, pero que con el tiempo si lo hará. La constancia y coherencia de nuestra vida en relación a los objetivos es fundamental. Sé que habrá casos y circunstancias muy difíciles, pero aun allí no has de perder la esperanza.

Byron Pernilla, en su silla de ruedas y con un folder en las piernas, conversa con una voluntaria durante un evento, atrás, se ven más personas con y sin discapacidad.

Si puedes, involúcrate como voluntario en alguna causa noble, muchos no lo hacen puesto que no hay paga, pero esto te mantiene activo y visible, y agrega valor a tu hoja de vida, no todo en la vida se compra.

El hecho de no lograr la oportunidad no implica estar sin hacer nada. Somos lo que hacemos, nada se logra instantáneamente, es un difícil proceso para una persona con discapacidad. Hay algo llamado dignidad, no soltarla es un buen incentivo para ser constante.

Este artículo lo hice debido a un comentario que leí en una publicación sobre inclusión laboral, en él la persona con discapacidad escribía amargamente, refiriendo que de nada servía pues las empresas no daban oportunidad y quienes trabajaban con discapacidad se debía a las influencias de familiares, cosa no muy lejos de la verdad. Con el escrito de hoy, inició una serie de artículos en donde escribiré experiencias que pueden ayudar en la búsqueda de empleo a personas con discapacidad sin muchos estudios y para quienes tenido, las oportunidades les son escasas.

Aclarando que yo no hablaré de la teoría que aprendí en una universidad, como hoy ya hay muchos, o que les hablaré sobre los diferentes enfoques de la inclusión laboral, que si empresarial o de derechos humanos, no. Escribiré cosas que he vivido y que gracias a Dios me llevaron a incorporarme al mercado laboral.

En el inicio de mi locura por trabajar, de aquellas 5 cosas que escribí, que me gustaban y podía hacer, hoy trabajo en 4 de ellas y 1 es mi hobby. No soy un genio o digo que hagan lo que yo, lo que pretendo es dar ideas, que ayude a más de alguien, si no todo, al menos algo, pues como dijo Martin Luther King Jr.: “Si diste esperanza a por lo menos una persona, tu vida no será en vano”.

De Byron Pernilla

[email protected]

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