Discapacidad y Autoestima

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Llegan a un restaurante tres personas en silla de ruedas, cuando intentan entrar el policía les dice que no pueden entrar ya que está lloviendo y las llantas de la silla ensuciarán el piso del lugar.

Una de las personas sonríe irónicamente y se retira buscando otro lugar donde no le discriminen; otra alza la voz y reclama su derecho, posteriormente denuncia el hecho a los entes correspondientes y hace que en el lugar se respeten sus derechos. Pero una tercera persona se retira triste y aunque es animada por sus amigos, entra en un proceso depresivo.

Ser un soñador no necesariamente quiere decir ser iluso, pensar que el mundo tiene la obligación de respetar los derechos está bien, asumir que lo están haciendo es otra cosa, la vida es cruel, más allá del idealismo está esa realidad inhumana, y es que hay tanta gente que no merece tener ese apelativo de “humano”.

Hay que prepararnos para enfrentar a ese monstruo, en especial debemos enseñar a las nuevas generaciones a no quedarse en eso, una “generación de cristal”, que si bien es cierto se debe reclamar un derecho, de igual manera hay que cultivar nuestro espíritu, ese motor que bien cuidado soportará los embates del camino.

Todos tenemos algo que nos distingue de los demás, una sonrisa, una mirada, una frase, un tip nervioso, algo que no lo hace igual otro, aquello que nuestros amigos identifican como nuestra marca personal. Así como esa cosa insignificante, poseemos muchas cosas nuestras que nos pueden ayudar a construir nuestra auto estima, nuestro peinado, nuestra vestimenta, nuestra música, nuestra fe, Etc. No debiese avergonzarnos las cosas que nos gustan si estas no hacen daño a nadie, el problema radica en esperar la aprobación de otros, ahí comienza el desastre.

Pero hay otro extremo al no esperar la aprobación de otros, y es llegar a ser insensibles a los sentimientos de los demás. Por ejemplo, expresarse solo con palabras soeces en la redes sociales, esto con la premisa de que a nadie le incumbe nuestra forma de ser, entonces herimos innecesariamente a nuestros seres queridos, y nos habremos convertido, en ese ser que discrimina sin darse cuenta. Claro que podemos ser quien quiéranos ser, pero hay formas, solo se trata de decir lo mismo, con las expresiones correctas. Estoy hablando del comportamiento de alguien que no sea un “influencer” ellos se expresan de acuerdo al público que persiguen.

Nosotros somos nuestro peor enemigo para nuestra autoestima cuando esta se transforma en un ego malsano, creyéndonos superiores a otras personas, o pensando que siempre nos dirán que “sí” a todo, pues la realidad es que un triunfador para lograrlo siempre deberá asimilar la palabra “NO”.

Idea para autoestima

Hay muchas formas de pulir la autoestima, yo quiero compartirles una que tengo, entre varias: Yo que he dicho que una discriminación la veo por debajo del hombro al considerarla fruto de ignorancia, y que por lo mismo no me afecta, solía deprimirme ante casos muy dramáticos de personas con vidas extremadamente difíciles que me solicitaban apoyo. A veces siento su dolor y es difícil.

Al comienzo el remedio era solo agradecer que yo tenía mejores condiciones de vida, pero me afectaba dejarlo solo ahí, consideré que no era agradecimiento, el agradecimiento (pensé yo) era hacer algo, por mínimo que se pudiera hacer y no esperar nada de ello, ni las gracias, pues sabía que quien se queja de “ni las gracias me dieron”, no lo hizo con el propósito de ayudar sino de sentirse importante. Eso no quiere decir en ningún momento que no debemos dar las gracias, esto quiere decir que no digamos que actuamos desinteresadamente cuando no lo hacemos.

Una voluntaria de Asodispro hace la señal de la victoria sonriendo, tras de ella un grupo de voluntarios con camisas celestes conversan, sobre la fotografía un mensaje que dice: No hay nada más fuerte en este mundo que el corazón de un voluntario.

Ayudar es uno de los mejores remedios para la baja autoestima, pues tu sabes que haces el bien, y esa adrenalina que te sube al ver la sonrisa de un desconocido es algo que te fortalece el espíritu, es un regalo del Señor que solo tu sientes. ¿Necesitarías algo más?

Si en tu comunidad alguien la pasa mal, intenta ayudar, esto hace que tengas buenos pensamientos que son luz y la luz es incompatible con la oscuridad de la depresión. Únete a buenas causas, sé ese factor de cambio que necesita tu mundo, veras cuan valioso eres para quienes necesitan tu luz.

Así como hay tantas formas de discriminación y depresiones, hay tantas formas de enfrentarlas, busca tus talentos, púlelos, benefíciate, pero cuando con ellos beneficies a otros, tendrás otro escudo contra este mundo cruel.

De la historia de inicio de este post, les comparto que es una historia real que viví, yo fui el primero de los chicos, los otros 2 son imaginarios, suelo pensar que debí ser el segundo, pero doy gracias a Dios de no ser el tercero.

De Byron Pernilla

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